Por. Fernanda Ramos Olguín
Desde que las comunidades comenzaron en los procesos de buscar los presupuestos indígenas, simultáneamente han entrado a un proceso de desaprendizaje de la política electoral.
Desde el inicio hubo resistencias e incluso al llegar a la confrontación es el caso de la Comunidad de Arantepacua, Nahuatzen, Cheran, Zirahuen, Santa Fe de la Laguna, Comachuen, y en la actualidad Jaracuaro y otras comunidades del Oriente Michoacano.
Según los entrevistados, lo que está costando más es la erradicación de los malos hábitos que ha dejado durante décadas la política electoral y las corrientes partidistas, hoy en día es el gran reto, y que mucha gente se resiste a abandonarlo al interior de las comunidades.
Sin embargo, poco a poco las comunidades están demostrando que se puede aprender a gobernar diferentes, sin la ayuda de caciques de la política, así como de los intelectuales no indígenas que desde los cafés cuestionan este proceso social.
Por último, aun no se puede cantar victoria porque el camino apenas empieza, hay mucho que cuidar y mejorar este proceso, ya que en política nada está escrito en piedra.