Por. Raúl Cruz Sebastián
Durante años los partidos políticos habían entrado en las comunidades indígenas, organizándolos por comités y seccionales, así durante años sus dirigentes locales usufructuaron de la política.
A tal grado de convertirlo en una cultura política, claro entendiendo a la política en su sentido artesanal, es decir, que muchos de ellos no estudiaron y no tuvieron la oportunidad de estar en una Universidad.
Las comunidades fueron presas durante años de estos personajes si bien es cierto hábiles pero incultos, así se cayó en un pragmatismo terrible, donde estaba ausente el diálogo, el debate y el análisis.
Surgían en nuestras comunidades cada líder que busca lucrar, y ofertar los votos, como si fueran un tianguis, así varios caciques se enriquecieron y otros se mataron entre ellos por el botín.
Este pragmatismo, es lo que provocó la crisis y se entró a una dinámica de corrupción y todos los partidos, cayeron en un descrédito, donde las comunidades como tenencias decidieron alejarse de sus cabeceras Municipales.
Hoy estamos en otra época, donde las comunidades se están organizando por sí mismas, lo cual este es un gran reto y desafío, pero no imposible, cabe mencionar que en las mismas ya tenemos jóvenes que son egresados de las Universidades, y ya no se dejan engañar tan fácil y que están perfilando a las comunidades, en otra forma de hacer politica, más profesional, sin perder las raíces indígenas.