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La desarticulación del movimiento social en Michoacán

Por. Roberto Pérez

En los últimos 10 años, Michoacán ya no es el mismo, algo ha cambiado, y eso es en la forma de organizarse socialmente.

Anteriormente, existían organizaciones sociales de gran trayectoria y con sus líderes visibles, que dieron la lucha y fuertes batallas por los derechos de los trabajadores, estudiantes, campesinos, y comunidades indígenas.

Tal parece que hoy no logramos romper la cultura clientelar de las organizaciones oficiales, así como de los partidos políticos, quienes no se organizan y si nos arrancan algunos beneficios personales.

Antes existían organizaciones sociales, que jugaban un papel importante como oposición, hoy no vemos eso. Esto también lo vemos a nivel nacional, donde hoy no hay una oposición unidad, articulada pero sobre todo propositiva, sino solo atacan y critican, el más mínimo error.

En la política, los contrapesos son necesarios, así también la crítica más no la difamación, ya no hay espacios de estudio y de formación ideológica de nuevos cuadros, así también, en la Universidad impera la cooptación y la represión a los intentos de organización estudiantil.

En las comunidades indígenas, es novedad y moda de exigir los presupuestos directos, lo cual es un derecho de las mismas, así también que es un gran esfuerzo y tiene sus méritos, pero aquí habría que cuidar o más bien preguntarse, el ser ayudados por el gobierno del estado en gestionar los presupuestos directos, a través de sus operadores, ¿No es una manera de cooptar y corporativizarlos hacia el gobierno? Esta pregunta debería de ser la causa de una gran reflexión colectiva.