Por: Raúl Cruz Sebastián
Chequito es un hombre trabajador y rico en carisma nato, es una persona muy querida y famosa en la colonia Molino de Parras en la ciudad de Morelia. Mientras todos viven a prisa y con el Jesús en la boca, Chequito literalmente es de una maleta ligera, vive en una vecindad, en un cuarto de 2 metros, cuenta con un catre, su radio y su linterna, a la dueña de la casa la mitad le paga con mandados y la otra en dinero de lo que va juntando.
Huérfano de padres desde muy niño creció y vivió en las calles de Morelia, se quedaba debajo de los puentes, cuando habla de sus padres se les nubla lo ojos y dice “mi amigo tenemos que seguir viviendo”. En las mañanas se pone a merced de las calles, almuerza, se toma su café y sin faltarle su tabaco, todos los puestos de comida lo quieren por que es acomedido, alegre y muy ocurrente.
Dice Chequito que no quiere casarse porque las “Mujeres les quitan la paz, la alegria y el dinero al hombre, pero algo peor le cambian de canal a la televisión, no me deja ver a gusto mi lucha libre”. Es por ello, que nuestro personaje no sea comprometido con ninguna dama. Le encanta ir a los bailes de los de la tercera edad a la de “canita al aire”, allí dice encuentra bonitas mujeres, solo para bailar un rato y no mas.
Es muy bueno para hacer toritos de petate, para las fiestas de carnaval, en la ciudad y a veces hace toritos por encargo, la existencia de Chequito, para algunos es una motivación, y para otros es ofensivo, ¿como es posible que un hombre tan sencillo pueda vivir y con un autodomnio emocional? ya que el no se preocupa con hacienda, por cuentas bancarias, deudas en las tiendas, no se preocupa por asuntos de herencia, lo mas reconocible es que no quiere que le ayuden, nunca ha mendigado, con lavar cuatro carros, y con lo que le paguen, vive el día y al día.