Por: Raúl Cruz Sebastián.
Luego de anunciar su derribo antes del 12 de octubre, el Concejo Supremo y el Ayuntamiento de Morelia acuerdan en remover el monumento de los constructores. Ante una tendencia internacional de movilización de derribo de monumentos, que hablan de esta cultura dominadora, están siendo derribados, y México no es la excepción. Dicho movimiento social en Michoacán, habla de la falta de un programa de lucha, y unas demandas concretas, el derribo de monumentos, evidencia la improvisación y la ocurrencia de la directiva de la organización social indígena.
La lógica es amenazar, y luego reunirse con la autoridad y sacar beneficios, sin dar cuenta e información a sus agremiados. En fin, como diría la frase popular “mucho ruido y pocas nueces”.