Por. Roberto Pérez
El día de ayer lunes a medio día circularon la noticia donde un grupo del Consejo Supremo Indígena, derribaba el monumento a Constructores de la capital michoacana.
Previamente ya habían entablado diálogo con las autoridades Municipales de reubicar en otro lado dicho monumento que les parece ofensivo a los pueblos originarios.
Bajo ese antecedente y conociendo la indiferencia de las autoridades, tomaron la acción de derribarlo, como una forma de protesta.
Ahora bien, cabe mencionar que a esta manifestación, los dirigentes de esta organización mandaron a mujeres y a niños y fueron los que pagaron las consecuencias después de ser detenidos por la policía en la salida a Pátzcuaro.
No estamos de acuerdo con ésta estrategia, porque pone en riesgo al patrimonio de los morelianos y sufren daño físico y psicológico los niños purhepecha.
Ayer por la tarde dicha organización tomó y bloqueo carreteras, en los puntos estratégicos del estado, para exigir la liberación de los presos.
Esta acción deja en la mesa un gran debate en donde todos los actores sociales, deben entrar a una profunda reflexión, para seguir construyendo una sociedad más tolerante, menos discriminatoria y más incluyente.